En el Campeonato de España de centros escolares hemos vivido una gran demostración de juego limpio y compañerismo entre competidoras.
Los nervios, el terreno, el frio de primera hora de la mañana jugaron malas pasadas a algunos orientadores y vimos algunos esguinces, principalmente de tobillo, pero ninguno demasiado grave.
En uno de los controles una niña se encontró con otra que estaba mal y la acompañó hasta la zona de meta para que fuera atendida por los servicios sanitarios, abandonando su carrera, dando un ejemplo de deportividad y solidaridad. Lo malo es que los jueces no la permitieron volver al recorrido, según tengo entendido, privando quizás a su colegio de unos preciados puntos para su clasificación.
Esta orientadora fue reconocida por la organización con un premio al juego limpio, ejemplo que debería servir para muchos.
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